miércoles, 8 de agosto de 2007

PROCESO EVOLUTIVO DEL CABALLO

La evolución del caballo, desde su primer ancestro primitivo hasta el caballo actual, ha sido un proceso lento para el que han hecho falta mas de sesenta millones de años, en los que a la par que el clima y el habitad natural se transformaba, también lo hacían sus estructuras corporales para adaptarse a tales cambios.

En América del norte se ha encontrado una secuencia fósil muy completa que ha permitido dilucidar cuales fueron los ancestros del caballo y que tipo de modificaciones se produjeron hasta la actualidad. Fue en el norte del continente americano donde tuvo lugar esta evolución.

El primer caballo primitivo fue el Eohippus, un pequeño animal del tamaño de un zorrillo con el lomo arqueado, ojos centralizados, cuatro dedos delanteros y tres traseros-para desplazarse por las ciénegas sin hundirse- con terminaciones duras a modo de uñas antecesoras de los cascos. Se alimentaba de la vegetación blanda de los pantanos, por lo que su dentadura era del tipo braquidonto, con molares bastante planos. Parece ser que este caballo primitivo que existió en la era geológica del eoceno, hace cincuenta millones de años, se expandió a Asia y Europa por los puentes terrestres existentes entonces, pero mientras que en el antiguo continente esta rama evolutiva se extinguió pronto, en América del norte siguió evolucionando hasta el Mesohippus del Oligoceno, un animal con el dorso arqueado pero algo mas alto que el anterior, del tamaño de una cabra, con los huesos de la cara mas alargados y tres dedos en cada pata, de los cuales el central era el más grande.

El clima y el entorno natural de estos animales fue cambiando a lo largo de millones de años, de modo que en la siguiente era geológica –el Mioceno-, el clima ya no era tan húmedo y los bosques pantanosos de eras precedentes se abrieron para dar grandes zonas de pastos en los que los caballos podían desplazarse con mayor rapidez. Así el Miohippus del Mioceno era de tamaño algo mayor que su predecesor, tenía las patas más largas –también tridáctilas- y los ojos algo más separados. Este evoluciono durante esta era en varias direcciones, una de las cuales dio lugar al Merychippus, del tamaño de un pony pequeño, todavía con tres dedos (dos vestigiales y el medio, el más grande, que soportaba todo el peso); su dorso era mas largo y sus ojos presentaban una posición lateral para mejorar su campo de visión. Otro de los cambios significativos respecto a los de sus ancestros fue el alargamiento del cráneo y de la mandíbula, que albergaba molares y premolares del tipo hipsodonto, con altas coronas para triturar las duras hierbas pratenses. Pensemos que todos los cambios en su anatomía fueron para posibilitar su adaptación a su nuevo tipo de dieta –una vegetación mas dura- y de su entorno natural –mas abierto y seco-. Aunque los demás tipos de caballos de esta era desaparecieron, no lo hizo el Merychippus, gracias a todas las adaptaciones evolutivas descritas antes.

Desde el Plioceno inferior, el Merychippus evoluciono en dos direcciones, una de las cuales dio lugar al Hipparion, un tipo de équido que seguía siendo tridáctilo y que se extendió ampliamente en esta era, pero que se extinguió en la era siguiente –el Pleistoceno-. La otra rama evolutiva dio lugar al Pliohippus que apareció hace unos seis millones de años y que fue el precursor del caballo actual. El Pliohippus ya era monodáctilo (con un solo dedo cubierto además por un casco corneo), poseía la altura de un caballo pequeño, los ojos laterales y altos, molares con crestas para triturar la hierba y el hocico mas alargado.

Estaba perfectamente adaptado para la vida en las grandes praderas y llanuras esteparias, pues podía correr ágilmente, avistar a sus depredadores y aprovechar la celulosa de la hierba de una forma efectiva. Fue además el ancestro de las cebras y los asnos, también del género Equus.

El caballo tal como se conoce actualmente pertenece a la especie Eqqus caballus que surgió hace un millón de años. En un principio, los caballos vagaron libremente por América, donde pacían en amplias llanuras cubiertas de una hierba robusta a la vez que cruzaban a otros continentes por los puentes de rocas que existentes entre ellos. Así, el caballo se expandió por el continente americano, por Asia y posteriormente por Europa y África, derivado las más de trescientas razas de caballos que existen hoy en día.

4 comentarios:

Unknown dijo...

muy buen trabajo,cuales son tus referencias? es decir de donde obtuviste la informacion?

Unknown dijo...

muy buen trabajo,cuales son tus referencias? es decir de donde obtuviste la informacion?

Pandy BONILLA cachorro de TRJALPA dijo...

Muy buena la información..👍👌

Pandy BONILLA cachorro de TRJALPA dijo...

Muy buena la información..👍👌